martes, mayo 09, 2006


Por favor, decidles a aquellos que pisotean los geranios que en el fondo del mar, existe un templo dedicado a la búsqueda de la luz, y que en él un hombre llora todas las noches por las flores muertas.

Decidle también que unos ojos de cinco años esperan todas las mañanas que los acerquen a la ventana para empaparse de luz y de recuerdos.

Aún más, podéis decirles que en las noches azules, los perros que ladran a la luna están atentos a los gemidos que lanza el geranio incomprendido.

Y añadid, si os queda tiempo, que el tarmenoi carmesí solo se da en los sueños estragados del hombre que escribe y canta con voz de sol y mareas irregulares.


Todavía, no os vayáis todavía y llevad con vosotros este pequeño amor que encontré esta mañana entre las ropas revueltas de mi cama, y recordad a aquellos que no creen en la pureza del mar, que pueden leer en el vuelo de las gaviotas y en el estertor de los peces condenados.

2 comentarios:

Maquila Donna dijo...

Oh! qué bello poema Vivero. Me emocioné al leerlo. Me dejaste esencia de mar y de flores, de tibieza en el corazón. De amor llenaste un instante mío.

Abrazos.

Vivero dijo...

¡¡Que no soy yo!!... ¡El poeta es Spade, gran amigo mío! Yo soy prosaico: boina negra, puro, mucho fúrgol, muchos toros... en fin, un español tradicional y vejete. Para conseguir estos efectos en la sensibilidad ajena tengo que usar a Spade como Cyrano de Bergerac personal, aunque su nariz sea perfectamente normal.

Abrazos.