
Se presentó a mí
con su sonrisa suave
y su vocabulario ingenuo,
con sus modales tímidos
y sus respuestas sorprendentes,
con su abandono dulce
y su pelo caprichoso,
con su mirada firme
y su sorpresa infantil,
con su pregunta tan sencilla
que no le podía contestar.
. . . . . . . .
. . . . . . . .
Si tuviera eso que rechacé
y no he vuelto a encontrar
No hay comentarios:
Publicar un comentario