miércoles, mayo 10, 2006

Es Málaga



A los que gritaban en las asambleas,
a los que sentados en la escasa hierba
soñaban a California,
a los grises que desayunaban en su aula,
a los que se jugaban en el bar el dinero
de unos y otros,
a los que pretendían estudiar economía,
( había algunos también )
a aquellos para los que la matrícula anual
era un trámite innecesario,
a aquellos que peleaban frente al tablón de anuncios
por un trozo de papel.

a todos aquellos que amaban,
a todos aquellos que reían,
a todos aquellos que luchaban,
a todos aquellos que sufrían,
a los que estudiaban
en la Facultad de Económicas de Somosaguas,

dije adiós

buscando el calor que faltaba
en la nueva y envejecida
en la enrejada Facultad de Económicas de Somosaguas.

calor
calor humano para restaurar los tejidos del alma
...............................................................

Es Málaga, y el edificio de la Facultad
está abierto a todas las corrientes.
En el patio central
florecen las azaleas y los geranios.

Es Agosto
y el sol hace rejuvenecer el sexo de miles de turistas

.................se respira la vida...................

1 comentario:

Vivero dijo...

Me he leído todos tus posts, y he quedado perplejo en todos, sin capacidad de reacción... Desbordan mis entendederas. Pero este no. Porque en la facultad de físicas de la Complutense los grises también tenían su aula (visible desde fuera, quizá para que tuvieran buenas vistas de lo que pasaba fuera). Porque era también triste y envejecida, y, sí, es verdad, con escasa hierba. Ninguna, porque desde un día en que los caballos de los grises resbalaron catastróficamente sobre un lecho de canicas (o garbanzos, no recuerdo) que algún tecnólogo había dispersado para expsrimentar, el parque tenía tres dedos de arena, como una playa). Y los bedeles, se te ha olvidado, al entregarte el papel del veredicto, esperaban propina si habías sido absuelto, y sabían aderezarte la condena. Y yo no tuve Málaga, la tierra de mi padre. Me quedé en la complu hasta el final. Pero al menos... ¡no tuve que estudiar economía! Eso ya no lo hubiera soportado.

Un abrazo,

Manuel