
Y por el monte bajan,
voraces y terribles, como rocas
arrancadas por la tormenta,
como árboles desgajados
por el vendaval, como elefantes
enfurecidos; y cuando han pasado
no queda hierba sobre la que tumbarse,
no quedan flores sobre las que llorar.
voraces y terribles, como rocas
arrancadas por la tormenta,
como árboles desgajados
por el vendaval, como elefantes
enfurecidos; y cuando han pasado
no queda hierba sobre la que tumbarse,
no quedan flores sobre las que llorar.
