Pasó una mujer y dijo,
¿qué es eso que tienes
y que quieres tanto?
Le contesté, es lo que hace que yo sea yo.
Y pasó un hombre y dijo,
¿cuánto vale eso que tienes
y que quieres tanto?
Le dije, entre el cero y el infinito, elige
el que quieras .... aunque no acertarás.
¿Por qué? quiso saber él,
porque no tiene precio, le contesté.
Y pasó un perro y dijo,
¿me permites que me quede
y contemple eso que tienes
y que quieres tanto?
le pregunté, ¿cuánto tiempo piensas quedarte?
no lo sé, contestó él.
Y allí está, con los ojos
fijos en el fuego.
¿qué es eso que tienes
y que quieres tanto?
Le contesté, es lo que hace que yo sea yo.
Y pasó un hombre y dijo,
¿cuánto vale eso que tienes
y que quieres tanto?
Le dije, entre el cero y el infinito, elige
el que quieras .... aunque no acertarás.
¿Por qué? quiso saber él,
porque no tiene precio, le contesté.
Y pasó un perro y dijo,
¿me permites que me quede
y contemple eso que tienes
y que quieres tanto?
le pregunté, ¿cuánto tiempo piensas quedarte?
no lo sé, contestó él.
Y allí está, con los ojos
fijos en el fuego.

Se llamaba Linda, era una epagneul bretón y no le gustaba cazar, como se supone que debía ser su obligación, dada su raza; pero qué importaba si era amorosa, como solo un perro puede llegar a serlo. Compartimos tanto...