a buscar el sentimiento que casi olvidamos,
y que recordamos vagamente
en nuestras noches de insomnio,
a escuchar aquél ladrido
que nos saludaba al abrir la puerta,


a jugar durante aquellas horas
en que las sombras sin sentido
llaman a las casas deshabitadas
y encontrar cenizas en la chimenea,

y encontrar un anillo distinto,
y encontrar un reloj sin agujas,
y encontrar la sombra del ladrido
tropezando con las paredes.
... y encontrar la imposibilidad de recordar.