No, no soy aquél
que rompe los atardeceres con su ballesta.
Tampoco soy
el que hace la vida con las manos desnudas;
ni siquiera soy aquél que dijo:
“los fantasmas del ideal sobrenadan, triunfantes,
en la sangre de las hecatombes humanas”
Y sin embargo,
vengo de ayer y traigo el humo acumulado
de tantas noches insomnes.
… mi risa es bronca y contagia a las gaviotas…
Cuando cruzo el amanecer difuso
la mies se alegra,
y el idiota nocturno blasfema sin mucha convicción.
que rompe los atardeceres con su ballesta.
Tampoco soy
el que hace la vida con las manos desnudas;
ni siquiera soy aquél que dijo:
“los fantasmas del ideal sobrenadan, triunfantes,
en la sangre de las hecatombes humanas”
Y sin embargo,
vengo de ayer y traigo el humo acumulado
de tantas noches insomnes.
… mi risa es bronca y contagia a las gaviotas…
Cuando cruzo el amanecer difuso
la mies se alegra,
y el idiota nocturno blasfema sin mucha convicción.
4 comentarios:
Si contagias a las gaviotas es que haz estado cerca del mar, detente, sumérjete y el humo acumulado desaparecerá.
Profundas letras. Un abrazo
Ahora que le has puesto esta melodía tan romántica a tu blog, se disfrutan mucho más las fotografías y la ternura de tu poesía. Muy ad hoc.
Abrazos.
como siempre, muy agradable el paseo por tu blog...
Vienes de ayer y te haces mi Hoy...
besitos:)
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