Amarte

Amarte fue una forma de aventura irreverente.

Y aunque ya sabes que guardo tus cosas
en aquella esquina inmóvil,

…tus muslos que rompieron el tiempo,
las anémonas de tus pechos,
referencia para marinos plenos de mares misteriosos,
tu sexo cálido y espléndido que recogía a mi caminante
cansado de la eterna búsqueda…

quizá no sepas
que volví a amar irregularmente
por pasillos de blanca intensidad,
y entre oscuros pinos al borde de un mar
tropecé con recuerdos azules de carbón y sombras de manos aplastadas;
que volando en sueños de realidad incuestionable
crecí en incertidumbre y apatía;
que vivo otra vez en casa
y mi única compañía es una roca redonda recubierta de verde musgo
que se renueva cada mañana.

Amarte fue un estilo de vida irrepetible y fugaz.

Es el mar

Es el mar
que se acerca
y escuchamos
el llanto sosegado de los peces amarillos.

Es el viento
que viene a nosotros
y lo dejamos ir
convertido en palabras.

Es la lluvia
que nos moja las manos
y después
crece el trigo.

Es el tiempo
que refleja en su sombra
el dolor
de las noches sin sentido.

Es el mar
que se aleja
arrastrando fósiles de nieve
y sollozos contenidos.